martes, 6 de septiembre de 2011

Llovizna - Fernando Delgadillo



LLovizna - Fernando Delgadillo



Allende el mar que enjuaga las distantes costas 

donde tu solitaria barca ha de varar,
 ya vendrá el tiempo y su largo velo de olvido 
que amaina todos los dolores y aún así recordarás. 
A veces hay que pararse bajo la lluvia,
 pero de todos es, comenzar otra vez,
 consiste sólo en continuar, 
lo dice un hombre que habita 
en donde nunca deja de llover...
Arde la piel busca en todas tus caricias
Los encendidos arrebatos de su piel
Y las estrellas titilantes vieron frías
Angosta estela de la barca en que se fue
A veces piensas que le olvidas y te animas
Algunas otras no lo puedes resistir
Lo cierto es que el dolor te rodeo en sus espinas
Y tu tan solo no volviste a sonreír

Recordaras otras estrellas, otros cielos
Hasta otras noches mas gratas recordaras
Y entre el constante ir y venir de los recuerdos
Te va empujando la marea por donde vas
A donde iras para escaparte de ti misma
Que blanca arena sanara tu corazón
Yo solo se de oscuridades de lloviznas
Luego depuse de todo siempre brilla el sol

Así es amar querida mía sin esperanza
Por eso el alma solo se entrega una vez
Después la vida nos traiciona la confianza
Y uno no vuelve a ser aquello que un día fue
Y fluya el dulce melodioso de tu llanto
Suspiro y viento que agitan al corazón
Porque llorando se remiendan los quebrantos
y las alturas las heridas que ha sufrido la ilusión
por eso el mar es el refugio de los tristes
por el cielo azul no cabe en mi canción
esta canción que solo quiere ser llovizna
que se derrame venturosa refrescando tu dolor
recordaras otras estrellas, otros cielos
y hasta otras noches mas gratas recordaras
y entre el constante ir y venir de los recuerdos
te va empujando la marea por donde vas
a donde iras para escaparte de ti misma
que blanca arena sanara tu corazón
yo solo se de oscuridades de lloviznas
luego después de todo siempre brilla el sol

Yo te amaré toda la vida

lunes, 5 de septiembre de 2011

A quien el Señor llama, el Señor capacita


El presidente Thomas S. Monson testificó que el
Señor nos ayudará a hacer Su obra: “Quizá muchos de
ustedes sean tímidos por naturaleza o se consideren
inadecuados para aceptar un llamamiento.
Pero recuerden que esta obra no es únicamente de ustedes y
mía; es la obra del Señor, y cuando estamos al servicio
del Señor, tenemos el derecho de recibir Su ayuda.
Recuerden que a quien el Señor llama,
el Señor prepara y capacita”
(véase Liahona, julio de 1996, pág. 47).

viernes, 5 de agosto de 2011

Con amor eterno te he amado


Esta es sólo una de las tantas características del amor eterno, de amor a la manera de Dios, un amor así será liberal en misericordia :)

viernes, 29 de julio de 2011

Caridad en nuestra alma







Debemos enseñar a nuestros hijos a respetar no sólo a su padre y a su madre, y a sus hermanas y hermanos, sino a toda la humanidad; y sobre todo se les debe instruir, enseñar y criar para que honren al anciano y al débil, al desafortunado y al pobre, al necesitado y a aquellos que no cuenten con la aceptación de otros seres humanos.
(Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, (2000))

martes, 26 de julio de 2011

No procuréis aconsejar al Señor




Aconsejar al Señor quiere decir no hacer caso de sus consejos, y sustituirlos por ideas propias o de los hombres.
Es una debilidad humana muy común, si no la dominamos no estaremos en comunión con el Espíritu Santo.
Cuando no nos esforzamos por saber cual es su consejo, tendemos a suplirlo con nuestra opinión.
En realidad no nos queda otra cosa por hacer si no nos tomamos la molestia de averiguar que quiere el Señor que hagamos.
(Elder G. Romney)


sábado, 23 de julio de 2011

El valor de las almas

El mayor de todos los dones de Dios



(Clic en la imagen para ampliar)

Día de Reposo. Cumplirlo es señal de dedicación


... mi conducta el día de reposo es una señal para el Señor del respeto que siento por Él y por los convenios que he hecho con Él… He llegado a la conclusión de que si consideramos sinceramente que nuestras actividades del domingo son una señal denuestra dedicación al Señor, haremos lo que sea apropiado para ese día”.

Élder Russell M. Nelson, “Reflection and Resolution” [“Reflexión y resolución”], en Discursos de la Universidad Brigham Young, 1989–1990, 1990, pág. 6.

Tan solo tu

... y que será de mi cuando en tus brazos yo descubra
Que tú serás el cielo que jamás podré tocar
Es imposible ya lo sé, abrázame.




viernes, 15 de julio de 2011

La caridad nunca deja de ser



Comienzo con una breve anécdota que ilustra un punto que quisiera exponer.

Lisa y John, una pareja joven, se mudaron a un nuevo vecindario. Una mañana, mientras desayunaban, Lisa miró por la ventana y observó cómo la vecina de al lado colgaba la ropa lavada.

“¡Esa ropa no está limpia!”, exclamó Lisa. “¡Nuestra vecina no sabe cómo lavar la ropa!”

John continuó observando pero permaneció en silencio.

Cada vez que su vecina colgaba la ropa lavada para que se secara, Lisa hacía los mismos comentarios.

Algunas semanas después, Lisa se sorprendió al mirar por la ventana y ver ropa lavada, prolija y limpia, que colgaba en el patio de la vecina. Le dijo a su esposo: “¡Mira, John, finalmente ha aprendido a lavarla bien! Me pregunto cómo lo hizo”.

John respondió: “Bien, yo te contestaré, querida. Quizás te interese saber que esta mañana me levanté temprano y lavé nuestras ventanas”.

Esta noche quisiera compartir con ustedes algunas ideas concernientes a cómo nos vemos los unos a los otros. ¿Miramos por una ventana que debe limpiarse? ¿Juzgamos a pesar de no conocer todos los hechos? ¿Qué vemos cuando miramos a otras personas? ¿Qué juicios emitimos sobre ellas?

Dijo el Salvador: “No juzguéis”1. Continuó: “Y ¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, mas no te fijas en la viga que está en tu propio ojo?”2. Parafraseando: ¿Por qué miras lo que crees que es ropa mal lavada en la casa de tu vecina, mas no te fijas en la ventana sucia de tu propia casa?

domingo, 19 de junio de 2011

Felicidades "ma-pá"

Felicidades "má-pá"

Por: Yadira L. Rivera
Fundación México Unido

Este domingo es día del padre y en México, en 20% de los hogares falta la figura paterna “porque se fue con otra”, “porque se murió”, “porque nunca estuvo” o “porque jamás se enteró de que tenía un hijo”. En este día del padre, miles de niños mexicanos no correrán a los brazos de “SU PAPÁ”, ni lo llenarán de besos u obsequios, tampoco le recitarán la poesía que con esfuerzo se aprendieron, ni le cantarán las mañanitas… Y no lo harán porque simplemente no lo conocen o, como hace mucho tiempo que los abandonó, ya ni se acuerdan de cómo es su cara.

Para estos niños, su madre es lo más parecido que conocen a un padre. Hoy, existen más de 4.5 millones de mujeres que le hacen a la “mono-paternidad”, es decir, son mamás y papás en uno, súper mujeres que se dividen para tener tiempo de educar, divertir, amar a los hijos y trabajar muy duro para llevarles el sustento… Son mujeres que deben poseer la ternura de una madre y la mano dura de un padre, que deben ser fuertes, luchadoras, firmes pero también sensibles, cariñosas y pacientes.

Este día del padre, sí hay que felicitar a los papás responsables y comprometidos con su papel, pero también hay que reconocer a esas mamás que luchan contra viento y marea para sacar adelante a sus hijos, que sin un apoyo masculino vencen los obstáculos, que llevan alegría en su corazón y jamás se rinden. Para esas “ma-pás” tengo esta historia:

“Esta mañana el salón estaba arreglado como nunca, los niños llegaban de la mano de sus papás mientras yo, sentada junto a Juan, mi hijo de 10 años, me preguntaba porqué me había pedido que fuéramos. Es el día del padre y aunque en casa jamás celebramos esta fecha y para Juan es un día como cualquier otro, en esta ocasión insistió mucho para que lo acompañara a la escuela. Empecé a sentirme incómoda cuando noté que los que entraban sólo eran papás, aunque me tranquilicé cuando vi a otras dos mamás sentarse.

La maestra nos dio la bienvenida al festival del padre y empezaron a presentarse diferentes números que los niños prepararon: tres canciones de padres, dos poemas, un cuento… y yo sólo pensaba en lo desdichado que se estaría sintiendo mi Juan, al ver que la mayoría de sus compañeros estaban acompañados de esa persona que no quiso ser parte de nuestras vidas… Lo único que quería era irme de allí; cada numerito me recordaba de que estábamos solos y me sentí tan mal de no haberle dado un padre a mi hijo, de no retenerlo, de no convencerlo que no se fuera.

Terriblemente deprimida, con los ojos llenos de melancolía, sentí un apretón de manos de mi chiquito, que con una gran sonrisa me dijo “me toca a mí, mamá”. Con mucha seguridad y fuerza interior se paró en medio de la sala y mirándome a los ojos me dijo: “El otro día tuve una clase donde la maestra nos preguntó ¿Qué hace un papá? Yo me quedé callado y triste porque creía que no tenía uno, como los otros niños. Pero entonces empecé a escuchar lo que contestaban: “Mi papá juega al fút conmigo, mi papá me regaña, mi papá me cuenta cuentos, mi papá me lleva al museo del automóvil, mi papá a veces grita, mi papá me hace cosquillas, mi papá me ayuda con la tarea, mi papá me explica cosas que no entiendo, mi papá me ama”… Y entonces, cuando oía todo lo que mis compañeros decían, pensé en ti mamá. Que yo estaba triste porque creía que no tenía un papá como ellos, pero en realidad sí lo tengo, porque… Todas esas cosas que los niños dijeron, las haces tú, es más, creo que tú haces más cosas que todos sus papás juntos. Y te quise invitar a este festival porque aunque no tienes bigotes como el papá de mi amigo Tito, eres la ma-pá más buena que me pudo tocar”.

Enmudecí al escuchar a Juan, toda mi vida creí que él se sentía incompleto, desdichado y solitario… Y ese día del padre, ese niño me dio una gran lección. Yo no soy una madre soltera, abandonada o sola, soy una “ma-pá” que tiene un gran tesoro que cuidar y sacar adelante.

¡Feliz día del padre a mí!

lunes, 13 de junio de 2011

Una doctrina consoladora


El profeta José Smith dijo (y jamás enseñó una doctrina más consoladora) que “el sellamiento eterno de padres fieles y las divinas promesas que se les hayan hecho por su valiente servicio en la causa de la verdad los salvarían no sólo a ellos, sino también a su posteridad. Aunque algunas ovejas se descarríen, el ojo del Pastor está sobre ellas, y tarde o temprano sentirán los tentáculos de la Divina Providencia extenderse hacia ellas y acercarlas de nuevo al rebaño. Ellos volverán, ya sea en esta vida o en la vida venidera. Tendrán que pagar su deuda a la justicia; sufrirán por sus pecados y tal vez anden por caminos espinosos; pero si esto finalmente los conduce, como al hijo pródigo, al corazón y al hogar de un padre amoroso que perdona, la dolorosa experiencia no habrá sido en vano” .

El beso. Luis Pescetti




”Vamos a caminar (dijo Alma a Frin).
Fueron hasta la barrera de gomas quemándose. Se acercaron tres niños a invitarlos a caminar. Partieron los cinco hasta la entrada de un camino entre dos campos, lejos de las luces. Alma se acordó de la vez que fueron al cementerio viejo y le contaron a los demás, agregando la historia de la abuela. Discutieron sobre si ese hombre podía vivir todavía o no, hasta que los demás medio se asustaron y se fueron.

La noche era tan oscura y limpia y cargada de estrellas, que no sólo se veía el cielo, sino que se sentía el espacio. Con sus soles, cometas y planetas invisibles. Y que la Tierra es un astronauta flotando.
-”Parece un cielo dibujado por Vera (dijo Frin susurrando).
-”Es cierto… ¿viste allá? (Alma).
-”¿Qué cosa?
-Ӄsa que parece una estrella, pero se mueve (Alma, bisbisando).
-… no, no me doy cuenta cuál… (Frin, inclinándose hacia Alma, para ver lo que ella veía).
-”… ésa (inclinó su cabeza hacia Frin, sin dejar de mirar el cielo) ésa… ¿ves?
-”Sí (Frin, sin regresar a su lugar, inclinado) … sí, es un satélite.
-”Sí (sin alejarse de él).

Se quedaron como dos ramas, apoyadas una en la otra. Callados.

-”¿Oís? (musitó Frin).
-”… ¿qué cosa?
-”… (Frin hizo una seña con la mano, abarcándolo todo).
-”… (Alma asintió callada, con los ojos abiertos).

Era el silencio que bajaba con todos sus caballos, como juguetes de vidrio con agua adentro y era el silencio que bajaba con sus caballos, como esos juguetes de vidrio, como el silencio con sus caballos blancos y oscuros, y esos juguetes con agua adentro, que cuando se dan vueltas cae la nieve. Así caían los caballos del silencio, rodeando la luz en que flotaba la noche. Y era la noche que se caía como en esos juguetes de vidrio con agua adentro y copos blancos como de nieve que caen blancos y oscuros, y todo tan quieto y tan lento y era la noche y eran los copos y alguna mano más grande que el mundo que estaría dando vueltas su juguete de vidrio con agua adentro para ver cómo caen los copos de los caballos blancos y oscuros del silencio. Y cuando los copos llenaban el campo, la mano daba vuelta al juguete y subían; y era la mano que otra vez daba vuelta al juguete de vidrio con agua adentro para que los copos suban con los caballos del silencio y la leche de la Luna que mira al gigante que juega para que Frin y Alma vuelvan a ver cómo caen los copos blancos y oscuros y es la cabeza de Alma que apenas se cansa, que se cansa un poco y descansa apenas descansa de que se cansa un poco en el hombro de Frin, y es el hombro de Frin que como dos ramas apoyadas una en la otra descansa un poco, apenas, en la cabeza de Alma. Y los copos volvieron a bajar y los rodearon de espirales blancos en el blanco o negros en el negro, y Frin pasó su brazo por el hombro de Alma. Y ella, como si hubiera esperado ese gesto desde toda la vida, desde que era bebé y estaba como esos juguetes de vidrio con agua adentro, que cuando se dan vuelta cae la nieve, se aflojó en el brazo de Frin. Mirando los copos blancos de los caballos del silencio del cielo dibujado por Vera se quedaron un millón de para siempres. Cuatro millones de ondulomil de mil millones de infinitos.

Frin quiso mirarla, corrió su brazo y levantó despacio su cabeza. Volteó hacia ella. Alma también quiso mirarlo. Se quedaron. Ojos muy cerca de los ojos de cascabelito lindo. Muy cerca de la nariz que está cerca de la nariz de los ojos de cascabelito cascabelito lindo. No fue que Alma se acercó, sino que algo profundo y sencillo se le aflojó adentro. Frin se inclinó hacia adelante y cerró los ojos. Alma cerró los ojos y se inclinó. Frin sintió, delicadamente, los labios de Alma con sus labios. Primero Frin sintió, delicadamente, los labios de Alma con sus labios. Luego, Frin sintió a Alma con sus labios, y Alma sintió a Frin con los suyos. Y eso era un beso.

El beso. Luis Pescr




”Vamos a caminar (dijo Alma a Frin).
Fueron hasta la barrera de gomas quemándose. Se acercaron tres niños a invitarlos a caminar. Partieron los cinco hasta la entrada de un camino entre dos campos, lejos de las luces. Alma se acordó de la vez que fueron al cementerio viejo y le contaron a los demás, agregando la historia de la abuela. Discutieron sobre si ese hombre podía vivir todavía o no, hasta que los demás medio se asustaron y se fueron.

La noche era tan oscura y limpia y cargada de estrellas, que no sólo se veía el cielo, sino que se sentía el espacio. Con sus soles, cometas y planetas invisibles. Y que la Tierra es un astronauta flotando.
—Parece un cielo dibujado por Vera (dijo Frin susurrando).
—Es cierto… ¿viste allá? (Alma).
—¿Qué cosa?
—Ésa que parece una estrella, pero se mueve (Alma, bisbisando).
—… no, no me doy cuenta cuál… (Frin, inclinándose hacia Alma, para ver lo que ella veía).
—… ésa (inclinó su cabeza hacia Frin, sin dejar de mirar el cielo) ésa… ¿ves?
—Sí (Frin, sin regresar a su lugar, inclinado) … sí, es un satélite.
—Sí (sin alejarse de él).

Se quedaron como dos ramas, apoyadas una en la otra. Callados.

—¿Oís? (musitó Frin).
—… ¿qué cosa?
—… (Frin hizo una seña con la mano, abarcándolo todo).
—… (Alma asintió callada, con los ojos abiertos).

Era el silencio que bajaba con todos sus caballos, como juguetes de vidrio con agua adentro y era el silencio que bajaba con sus caballos, como esos juguetes de vidrio, como el silencio con sus caballos blancos y oscuros, y esos juguetes con agua adentro, que cuando se dan vueltas cae la nieve. Así caían los caballos del silencio, rodeando la luz en que flotaba la noche. Y era la noche que se caía como en esos juguetes de vidrio con agua adentro y copos blancos como de nieve que caen blancos y oscuros, y todo tan quieto y tan lento y era la noche y eran los copos y alguna mano más grande que el mundo que estaría dando vueltas su juguete de vidrio con agua adentro para ver cómo caen los copos de los caballos blancos y oscuros del silencio. Y cuando los copos llenaban el campo, la mano daba vuelta al juguete y subían; y era la mano que otra vez daba vuelta al juguete de vidrio con agua adentro para que los copos suban con los caballos del silencio y la leche de la Luna que mira al gigante que juega para que Frin y Alma vuelvan a ver cómo caen los copos blancos y oscuros y es la cabeza de Alma que apenas se cansa, que se cansa un poco y descansa apenas descansa de que se cansa un poco en el hombro de Frin, y es el hombro de Frin que como dos ramas apoyadas una en la otra descansa un poco, apenas, en la cabeza de Alma. Y los copos volvieron a bajar y los rodearon de espirales blancos en el blanco o negros en el negro, y Frin pasó su brazo por el hombro de Alma. Y ella, como si hubiera esperado ese gesto desde toda la vida, desde que era bebé y estaba como esos juguetes de vidrio con agua adentro, que cuando se dan vuelta cae la nieve, se aflojó en el brazo de Frin. Mirando los copos blancos de los caballos del silencio del cielo dibujado por Vera se quedaron un millón de para siempres. Cuatro millones de ondulomil de mil millones de infinitos.

Frin quiso mirarla, corrió su brazo y levantó despacio su cabeza. Volteó hacia ella. Alma también quiso mirarlo. Se quedaron. Ojos muy cerca de los ojos de cascabelito lindo. Muy cerca de la nariz que está cerca de la nariz de los ojos de cascabelito cascabelito lindo. No fue que Alma se acercó, sino que algo profundo y sencillo se le aflojó adentro. Frin se inclinó hacia adelante y cerró los ojos. Alma cerró los ojos y se inclinó. Frin sintió, delicadamente, los labios de Alma con sus labios. Primero Frin sintió, delicadamente, los labios de Alma con sus labios. Luego, Frin sintió a Alma con sus labios, y Alma sintió a Frin con los suyos. Y eso era un beso.

Mo me quelé?




Mo me quelé?.
Luis Pescetti

- ¿ Mo me quelé?
- Chí
-A mer .... ¿Cuánto?
-Muto
-¿Muto o "muto muto" ?
-Mutísimo...¡Achí!
-Uh, qué lino
-¿Y mó? ¿Me quelé?
-¡Uh! Maquel chol.
-¿El chol nomá?
-El chol, la luna, lasteyas, la tiela ... toro. Toro, toro, toro. Achí, má que toro nel nivercho.
-Uh, qué lino... Amél, namun mechito.
-Tomá ... muá.
-Oto
-Muuá
-Oto
-Muuuuá
-No, oto y oto y oto
-Muá, muá, muá. ¡Milá que te como, eh?!
-Uh, qué meio, ¿Cherio?
-¡Chí!
-¿ y porqué meván comé?
-Polque choi... ¡un león!
-Uh, qué meio, chenor león! ¡No me coma!
-¡Chí! ¡La como! ¡ Aaah!
-¡No! ¡Qué meio!
-No, no tena meio, era mabloma
-Ya ché, cho tamén era mabloma
-¿Tonche? ¿Te como?
-¡Y chí!
- Am aam, ñam, ñam, qué lico, aam, ñam. Chatá. Te comí.
-Uh, qué lino.
- ¿Yhora me quelés?
-Chí muto, aquíntu pancha.
-¿Cuánto?
-Parichempre de parichempre
-¡Uh, qué lino! Cho tamén.
-¿ Mamo pachear nela mano?
-cho te chevo
-No, achí cunto nelamano, men cherquita
-¿Cómo cherquita?
-Chote poyo lacabecha aquí nelhombro, y mamo nela mano. Cuntito.
-Uh, qué lino, mamo. Chí, mamo. No, pelá queme peinun poco.
-¿Palaqué tepeinás?
-Palachel la pelchona malina nel muno. Pala voch
-Vochasos la pelsona má lina, ¿nontendé? Cho... cho... chote quelo achí como chos. Note vachá peiná. Mamo achí, con la cabecha a lo pelo loco.
-Mamo, mamol
-Mamo, cocha monita.

LUIS MARÍA PESCETTI.
NADIE TE CREERÍA.
ALFAGUARÁ. MARZO 2004
Tú me das
las cosas que yo quiero
cuando menos me lo espero
y tú me das el aire que respiro

Tú serás
lo que tanto buscaba
y yo creía que no existía
y tú vendrás robándome la vida
pa fundirla con la tuya
y que será de mí cuando
en tus brazos yo descubra
que tú, serás

El cielo que jamás podre tocar
es imposible ya lo se
abrázame

Tú me das
un golpe de energía
cuando estoy sin batería
y tú me das 
la vida en un instante

Tú serás
la historia más bonita
la que nunca se te olvida
y tú vendrás 

entregando tu vida
para hacerte con la mía
Y que será de mí
cuando en tus besos
yo entendía
que tú, serás (serás)

el cielo que jamás podre tocar
es imposible ya lo se
que tan solo tú me das, (me das)
la vida que yo siempre
quise para mí
pero es imposible ya lo se

Perdóname...
por pensar solo en mí (x2)
por pensar solo en ti
por no darte más de lo que tengo (X2)
por amarte simplemente
no me pidas hacer 
lo que no puedo hacer

Si tú quieres, si puedes
olvídame tú, será (será)
el cielo que jamás
podre tocar
es imposible ya lo se
que tan solo tú 
me das (me das)

la vida que yo 
siempre quise para mí
la vida que yo siempre quise
Pero es imposible ya lo se
Que tan solo tú serás

Es imposible ya lo se
Perdóname (uhhh)
Perdónamee...


viernes, 3 de junio de 2011

Crean que la gente puede cambiar


Dejen que las personas se arrepientan; déjenlas progresar. Crean que la gente puede cambiar y mejorar. ¿Es eso fe? ¡Sí! ¿Es eso esperanza? ¡Sí! ¿Es eso caridad? ¡Sí! Y sobre todo, es caridad, el amor puro de Cristo.

(ÉLDER JEFFREY R. HOLLAND
Del Quórum de los Doce Apóstoles)



Cómo crear un perfil en Mormon.org

Cómo crear un perfil en Mormon.org

Para compartir el Evangelio, los miembros de la Iglesia de todo el mundo pueden crear un perfil en Mormon.org . Los visitantes al sitio web utilizan estos perfiles para aprender acerca de la Iglesia directamente de los miembros. Para crear un perfil y compartir su testimonio siga los pasos que se encuentran a continuación:

  1. 1.

    Visite mormon.org/create. Ingrese con su cuenta LDS Account. Si no tiene una cuenta LDS Account, regístrese para obtener un nombre de usuario y una contraseña; para ello tendrá que proporcionar su número de cédula de miembro y su fecha de nacimiento. Encontrará su número de cédula de miembro en su recomendación para el templo o puede pedírselo al secretario de barrio o rama encargado de las cédulas de miembros.

  2. 2.

    Proporcione información en los siguientes campos: “Acerca de mí”, “Por qué soy mormón”, “Cómo vivo mi fe”, “Preguntas más frecuentes”, “Historias personales” e “Información adicional”.

  3. 3.

    Cuando cree su perfil, tenga en cuenta que está hablando a personas que no son miembros de la Iglesia. Evite frases con las que tal vez ellos no estén familiarizados. Por ejemplo, podría decir: “Enseño una clase a mujeres adultas una vez al mes sobre las palabras de los profetas vivientes”, en lugar de decir: “Sirvo como la instructora de Enseñanzas para nuestra época en la Sociedad de Socorro”.

  4. 4.

    Proporcione una foto de usted, su nombre de pila y una breve presentación. También puede vincular su perfil a su blog, a su cuenta de Facebook o la de Twitter, aunque eso no es obligatorio. Evite incluir información personal detallada, como su apellido o la ciudad donde reside.

Cuando su perfil esté completo, se enviará a los moderadores para que lo aprueben. Una vez que se apruebe el perfil, los visitantes al sitio podrán leer su testimonio y ponerse en contacto con usted para obtener más información acerca de la Iglesia.