viernes, 23 de noviembre de 2007

Todavía

Mario Benedetti


TODAVIA


No lo creo todavía

estás llegando a mi lado

y la noche es un puñado

de estrellas y de alegría


palpo gusto escucho y veo

tu rostro tu paso largo

tus manos y sin embargo

todavía no lo creo


tu regreso tiene tanto

que ver contigo y conmigo

que por cábala lo digo

y por las dudas lo canto


nadie nunca te reemplaza

y las cosas más triviales

se vuelven fundamentales

porque estás llegando a casa


sin embargo todavía

dudo de esta buena suerte

porque el cielo de tenerte

me parece fantasía


pero venís y es seguro

y venís con tu mirada

y por eso tu llegada

hace mágico el futuro


y aunque no siempre he entendido

mis culpas y mis fracasos

en cambio sé que en tus brazos

el mundo tiene sentido


y si beso la osadía

y el misterio de tus labios

no habrá dudas ni resabios

te querré más todavía.


Como decir de pronto

Como decir de pronto:
Tómame entre las manos,
No me dejes caer. Te necesito:
Acepta este milagro.
Tenemos que aprender a no asombrarnos
De habernos encontrado,
De que la vida pueda estar de pronto
En el silencio o la mirada.
Tenemos que aprender a ser felices,
A no extrañarnos
De tener algo nuestro.
Tenemos que aprender a no temernos
Y a no asustarnos
Y a estar seguros.
Y a no causarnos daño.
Julia Prilutzky

Este sabor de lágrimas

ESTE SABOR DE LÁGRIMAS


Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste

de una tristeza apenas explicable

con palabras, y de una imperturbable

soledad, que por ti nace y existe.


Siempre de gris, mi corazón se viste:

polvo y humo, ceniza abominable,

y la envolvente bruma irrenunciable

que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.


Gris a mí alrededor. Contra mi mano

la nube espesa se va abriendo en vano

porque el fuego que soy, no está encendido


y hay niebla en lo que miro y lo que toco.

Ah, yo no sé... Tal vez te odio un poco

porque está gris, y llueve, y no has venido


Julia Prilutzky



Un beso, el beso, tu beso

Hacía tiempo que necesitaba.

hacía tiempo que añoraba.

ya no recordaba.

ya no sentía nada.


y es que ahora, no lloro en la noche.

y es que ahora, río cada instante.


tuviste efecto huracanado en mí.

tuviste la gracia de hacerme revivir.


ya no sentía pasión.

ya no sentía dolor.


y es que ahora, no lloro en la noche.

y es que ahora, extraño ser yo.


despiértame de nuevo.

hazme ser quien soy.

dame ahora, ya, de nuevo.

un beso, el beso, tu beso.


Autor desconocido


Soneto II

SONETO II


Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,

qué soledad errante hasta tu compañía!

Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.

En Taltal no amanece aún la primavera.


Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,

juntos desde la ropa a las raíces,

juntos de otoño, de agua, de caderas,

hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.


Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,

la desembocadura del agua de Boroa,

pensar que separados por trenes y naciones

tú y yo teníamos que simplemente amarnos,

con todos confundidos, con hombres y mujeres,

con la tierra que implanta y educa los claveles.

Pablo Neruda, 1959

Defender la alegría

Defender la alegría como una trinchera

defenderla del caos y de las pesadillas

de la ajada miseria y de los miserables

de las ausencias breves y las definitivas


Defender la alegría como un atributo

defenderla del pasmo y de las anestesias

de los pocos neutrales y los muchos neutrones

de los graves diagnósticos y de las escopetas


Defender la alegría como un estandarte

defenderla del rayo y la melancolía

de los males endémicos y de los académicos

del rufián caballero y del oportunista


Defender la alegría como algo inevitable

defenderla del mar y las lágrimas tibias

de las buenas costumbres y de los apellidos

del azar también y también, también de la alegría.


Mario Benedetti

martes, 20 de noviembre de 2007

Jamás vienen en vano



“Las penas que sufrimos y las pruebas que
pasamos jamás vienen en vano, sino más bien contribuyen a nuestra educación,
al desarrollo de virtudes como la paciencia, la fe, el valor y la humildad. Todo
lo que sufrimos y todo lo que soportamos, especialmente cuando lo hacemos
con paciencia, edifica nuestros caracteres, purifica nuestros corazones, expande
nuestras almas y nos hace más sensibles y caritativos, más dignos de ser
llamados hijos de Dios”


Élder Orson F. Whitney