lunes, 30 de marzo de 2009

Justicia

"La justicia es esa 'virtud que nos insta a dar a cada cual lo que le corresponde'. De manera que para ser justo, uno por fuerza debe ser honrado e imparcial; también ha de ser respetuoso y reverente. Es imposible que el hombre sea justo y al mismo tiempo irrespetuoso o irreverente; porque cuando uno es irrespetuoso o irreverente, es injusto por el hecho de que no está brindando el respeto y la reverencia a aquello que lo merece. Para ser justos con uno mismo y con otros, debemos ser honrados con nosotros mismos y con los demás. Esto quiere decir que debe haber honradez en lo que se dice así como en lo que se hace. Quiere decir que deben evitarse las medias verdades así como las falsedades. Quiere decir que la palabra de un hombre es de igual valor que su firma. Significa que somos honrados en nuestros tratos con el Señor." 
(Pte. David O. McKay, Liahona setiembre de 1959, pág. 193)