Debemos enseñar a nuestros hijos a respetar no sólo a su padre y a su madre, y a sus hermanas y hermanos, sino a toda la humanidad; y sobre todo se les debe instruir, enseñar y criar para que honren al anciano y al débil, al desafortunado y al pobre, al necesitado y a aquellos que no cuenten con la aceptación de otros seres humanos.
(Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, (2000))
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