martes, 6 de septiembre de 2011
Llovizna - Fernando Delgadillo
lunes, 5 de septiembre de 2011
A quien el Señor llama, el Señor capacita
lunes, 29 de agosto de 2011
domingo, 28 de agosto de 2011
sábado, 13 de agosto de 2011
viernes, 5 de agosto de 2011
Con amor eterno te he amado
viernes, 29 de julio de 2011
Caridad en nuestra alma
martes, 26 de julio de 2011
No procuréis aconsejar al Señor
sábado, 23 de julio de 2011
Día de Reposo. Cumplirlo es señal de dedicación
Tan solo tu
Que tú serás el cielo que jamás podré tocar
Es imposible ya lo sé, abrázame.
viernes, 15 de julio de 2011
La caridad nunca deja de ser
Comienzo con una breve anécdota que ilustra un punto que quisiera exponer.
Lisa y John, una pareja joven, se mudaron a un nuevo vecindario. Una mañana, mientras desayunaban, Lisa miró por la ventana y observó cómo la vecina de al lado colgaba la ropa lavada.
“¡Esa ropa no está limpia!”, exclamó Lisa. “¡Nuestra vecina no sabe cómo lavar la ropa!”
John continuó observando pero permaneció en silencio.
Cada vez que su vecina colgaba la ropa lavada para que se secara, Lisa hacía los mismos comentarios.
Algunas semanas después, Lisa se sorprendió al mirar por la ventana y ver ropa lavada, prolija y limpia, que colgaba en el patio de la vecina. Le dijo a su esposo: “¡Mira, John, finalmente ha aprendido a lavarla bien! Me pregunto cómo lo hizo”.
John respondió: “Bien, yo te contestaré, querida. Quizás te interese saber que esta mañana me levanté temprano y lavé nuestras ventanas”.
Esta noche quisiera compartir con ustedes algunas ideas concernientes a cómo nos vemos los unos a los otros. ¿Miramos por una ventana que debe limpiarse? ¿Juzgamos a pesar de no conocer todos los hechos? ¿Qué vemos cuando miramos a otras personas? ¿Qué juicios emitimos sobre ellas?
Dijo el Salvador: “No juzguéis”1. Continuó: “Y ¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, mas no te fijas en la viga que está en tu propio ojo?”2. Parafraseando: ¿Por qué miras lo que crees que es ropa mal lavada en la casa de tu vecina, mas no te fijas en la ventana sucia de tu propia casa?
lunes, 4 de julio de 2011
domingo, 19 de junio de 2011
Felicidades "ma-pá"
lunes, 13 de junio de 2011
Una doctrina consoladora
El beso. Luis Pescetti
”Vamos a caminar (dijo Alma a Frin).
Fueron hasta la barrera de gomas quemándose. Se acercaron tres niños a invitarlos a caminar. Partieron los cinco hasta la entrada de un camino entre dos campos, lejos de las luces. Alma se acordó de la vez que fueron al cementerio viejo y le contaron a los demás, agregando la historia de la abuela. Discutieron sobre si ese hombre podía vivir todavía o no, hasta que los demás medio se asustaron y se fueron.
La noche era tan oscura y limpia y cargada de estrellas, que no sólo se veía el cielo, sino que se sentía el espacio. Con sus soles, cometas y planetas invisibles. Y que la Tierra es un astronauta flotando.
-”Parece un cielo dibujado por Vera (dijo Frin susurrando).
-”Es cierto… ¿viste allá? (Alma).
-”¿Qué cosa?
-Ӄsa que parece una estrella, pero se mueve (Alma, bisbisando).
-… no, no me doy cuenta cuál… (Frin, inclinándose hacia Alma, para ver lo que ella veía).
-”… ésa (inclinó su cabeza hacia Frin, sin dejar de mirar el cielo) ésa… ¿ves?
-”Sí (Frin, sin regresar a su lugar, inclinado) … sí, es un satélite.
-”Sí (sin alejarse de él).
Se quedaron como dos ramas, apoyadas una en la otra. Callados.
-”¿Oís? (musitó Frin).
-”… ¿qué cosa?
-”… (Frin hizo una seña con la mano, abarcándolo todo).
-”… (Alma asintió callada, con los ojos abiertos).
Era el silencio que bajaba con todos sus caballos, como juguetes de vidrio con agua adentro y era el silencio que bajaba con sus caballos, como esos juguetes de vidrio, como el silencio con sus caballos blancos y oscuros, y esos juguetes con agua adentro, que cuando se dan vueltas cae la nieve. Así caían los caballos del silencio, rodeando la luz en que flotaba la noche. Y era la noche que se caía como en esos juguetes de vidrio con agua adentro y copos blancos como de nieve que caen blancos y oscuros, y todo tan quieto y tan lento y era la noche y eran los copos y alguna mano más grande que el mundo que estaría dando vueltas su juguete de vidrio con agua adentro para ver cómo caen los copos de los caballos blancos y oscuros del silencio. Y cuando los copos llenaban el campo, la mano daba vuelta al juguete y subían; y era la mano que otra vez daba vuelta al juguete de vidrio con agua adentro para que los copos suban con los caballos del silencio y la leche de la Luna que mira al gigante que juega para que Frin y Alma vuelvan a ver cómo caen los copos blancos y oscuros y es la cabeza de Alma que apenas se cansa, que se cansa un poco y descansa apenas descansa de que se cansa un poco en el hombro de Frin, y es el hombro de Frin que como dos ramas apoyadas una en la otra descansa un poco, apenas, en la cabeza de Alma. Y los copos volvieron a bajar y los rodearon de espirales blancos en el blanco o negros en el negro, y Frin pasó su brazo por el hombro de Alma. Y ella, como si hubiera esperado ese gesto desde toda la vida, desde que era bebé y estaba como esos juguetes de vidrio con agua adentro, que cuando se dan vuelta cae la nieve, se aflojó en el brazo de Frin. Mirando los copos blancos de los caballos del silencio del cielo dibujado por Vera se quedaron un millón de para siempres. Cuatro millones de ondulomil de mil millones de infinitos.
Frin quiso mirarla, corrió su brazo y levantó despacio su cabeza. Volteó hacia ella. Alma también quiso mirarlo. Se quedaron. Ojos muy cerca de los ojos de cascabelito lindo. Muy cerca de la nariz que está cerca de la nariz de los ojos de cascabelito cascabelito lindo. No fue que Alma se acercó, sino que algo profundo y sencillo se le aflojó adentro. Frin se inclinó hacia adelante y cerró los ojos. Alma cerró los ojos y se inclinó. Frin sintió, delicadamente, los labios de Alma con sus labios. Primero Frin sintió, delicadamente, los labios de Alma con sus labios. Luego, Frin sintió a Alma con sus labios, y Alma sintió a Frin con los suyos. Y eso era un beso.
El beso. Luis Pescr
”Vamos a caminar (dijo Alma a Frin).
Fueron hasta la barrera de gomas quemándose. Se acercaron tres niños a invitarlos a caminar. Partieron los cinco hasta la entrada de un camino entre dos campos, lejos de las luces. Alma se acordó de la vez que fueron al cementerio viejo y le contaron a los demás, agregando la historia de la abuela. Discutieron sobre si ese hombre podía vivir todavía o no, hasta que los demás medio se asustaron y se fueron.
La noche era tan oscura y limpia y cargada de estrellas, que no sólo se veía el cielo, sino que se sentía el espacio. Con sus soles, cometas y planetas invisibles. Y que la Tierra es un astronauta flotando.
—Parece un cielo dibujado por Vera (dijo Frin susurrando).
—Es cierto… ¿viste allá? (Alma).
—¿Qué cosa?
—Ésa que parece una estrella, pero se mueve (Alma, bisbisando).
—… no, no me doy cuenta cuál… (Frin, inclinándose hacia Alma, para ver lo que ella veía).
—… ésa (inclinó su cabeza hacia Frin, sin dejar de mirar el cielo) ésa… ¿ves?
—Sí (Frin, sin regresar a su lugar, inclinado) … sí, es un satélite.
—Sí (sin alejarse de él).
Se quedaron como dos ramas, apoyadas una en la otra. Callados.
—¿Oís? (musitó Frin).
—… ¿qué cosa?
—… (Frin hizo una seña con la mano, abarcándolo todo).
—… (Alma asintió callada, con los ojos abiertos).
Era el silencio que bajaba con todos sus caballos, como juguetes de vidrio con agua adentro y era el silencio que bajaba con sus caballos, como esos juguetes de vidrio, como el silencio con sus caballos blancos y oscuros, y esos juguetes con agua adentro, que cuando se dan vueltas cae la nieve. Así caían los caballos del silencio, rodeando la luz en que flotaba la noche. Y era la noche que se caía como en esos juguetes de vidrio con agua adentro y copos blancos como de nieve que caen blancos y oscuros, y todo tan quieto y tan lento y era la noche y eran los copos y alguna mano más grande que el mundo que estaría dando vueltas su juguete de vidrio con agua adentro para ver cómo caen los copos de los caballos blancos y oscuros del silencio. Y cuando los copos llenaban el campo, la mano daba vuelta al juguete y subían; y era la mano que otra vez daba vuelta al juguete de vidrio con agua adentro para que los copos suban con los caballos del silencio y la leche de la Luna que mira al gigante que juega para que Frin y Alma vuelvan a ver cómo caen los copos blancos y oscuros y es la cabeza de Alma que apenas se cansa, que se cansa un poco y descansa apenas descansa de que se cansa un poco en el hombro de Frin, y es el hombro de Frin que como dos ramas apoyadas una en la otra descansa un poco, apenas, en la cabeza de Alma. Y los copos volvieron a bajar y los rodearon de espirales blancos en el blanco o negros en el negro, y Frin pasó su brazo por el hombro de Alma. Y ella, como si hubiera esperado ese gesto desde toda la vida, desde que era bebé y estaba como esos juguetes de vidrio con agua adentro, que cuando se dan vuelta cae la nieve, se aflojó en el brazo de Frin. Mirando los copos blancos de los caballos del silencio del cielo dibujado por Vera se quedaron un millón de para siempres. Cuatro millones de ondulomil de mil millones de infinitos.
Frin quiso mirarla, corrió su brazo y levantó despacio su cabeza. Volteó hacia ella. Alma también quiso mirarlo. Se quedaron. Ojos muy cerca de los ojos de cascabelito lindo. Muy cerca de la nariz que está cerca de la nariz de los ojos de cascabelito cascabelito lindo. No fue que Alma se acercó, sino que algo profundo y sencillo se le aflojó adentro. Frin se inclinó hacia adelante y cerró los ojos. Alma cerró los ojos y se inclinó. Frin sintió, delicadamente, los labios de Alma con sus labios. Primero Frin sintió, delicadamente, los labios de Alma con sus labios. Luego, Frin sintió a Alma con sus labios, y Alma sintió a Frin con los suyos. Y eso era un beso.
Mo me quelé?
- ¿ Mo me quelé?
Tú me das
las cosas que yo quiero
cuando menos me lo espero
y tú me das el aire que respiro
Tú serás
lo que tanto buscaba
y yo creía que no existía
y tú vendrás robándome la vida
pa fundirla con la tuya
y que será de mí cuando
en tus brazos yo descubra
que tú, serás
El cielo que jamás podre tocar
es imposible ya lo se
abrázame
Tú me das
un golpe de energía
cuando estoy sin batería
y tú me das
la vida en un instante
Tú serás
la historia más bonita
la que nunca se te olvida
y tú vendrás
entregando tu vida
para hacerte con la mía
Y que será de mí
cuando en tus besos
yo entendía
que tú, serás (serás)
el cielo que jamás podre tocar
es imposible ya lo se
que tan solo tú me das, (me das)
la vida que yo siempre
quise para mí
pero es imposible ya lo se
Perdóname...
por pensar solo en mí (x2)
por pensar solo en ti
por no darte más de lo que tengo (X2)
por amarte simplemente
no me pidas hacer
lo que no puedo hacer
Si tú quieres, si puedes
olvídame tú, será (será)
el cielo que jamás
podre tocar
es imposible ya lo se
que tan solo tú
me das (me das)
la vida que yo
siempre quise para mí
la vida que yo siempre quise
Pero es imposible ya lo se
Que tan solo tú serás
Es imposible ya lo se
Perdóname (uhhh)
Perdónamee...
miércoles, 8 de junio de 2011
martes, 7 de junio de 2011
viernes, 3 de junio de 2011
Cómo crear un perfil en Mormon.org
Cómo crear un perfil en Mormon.org
Para compartir el Evangelio, los miembros de la Iglesia de todo el mundo pueden crear un perfil en Mormon.org . Los visitantes al sitio web utilizan estos perfiles para aprender acerca de la Iglesia directamente de los miembros. Para crear un perfil y compartir su testimonio siga los pasos que se encuentran a continuación:
- 1.
Visite mormon.org/create. Ingrese con su cuenta LDS Account. Si no tiene una cuenta LDS Account, regístrese para obtener un nombre de usuario y una contraseña; para ello tendrá que proporcionar su número de cédula de miembro y su fecha de nacimiento. Encontrará su número de cédula de miembro en su recomendación para el templo o puede pedírselo al secretario de barrio o rama encargado de las cédulas de miembros.
- 2.
Proporcione información en los siguientes campos: “Acerca de mí”, “Por qué soy mormón”, “Cómo vivo mi fe”, “Preguntas más frecuentes”, “Historias personales” e “Información adicional”.
- 3.
Cuando cree su perfil, tenga en cuenta que está hablando a personas que no son miembros de la Iglesia. Evite frases con las que tal vez ellos no estén familiarizados. Por ejemplo, podría decir: “Enseño una clase a mujeres adultas una vez al mes sobre las palabras de los profetas vivientes”, en lugar de decir: “Sirvo como la instructora de Enseñanzas para nuestra época en la Sociedad de Socorro”.
- 4.
Proporcione una foto de usted, su nombre de pila y una breve presentación. También puede vincular su perfil a su blog, a su cuenta de Facebook o la de Twitter, aunque eso no es obligatorio. Evite incluir información personal detallada, como su apellido o la ciudad donde reside.
Cuando su perfil esté completo, se enviará a los moderadores para que lo aprueben. Una vez que se apruebe el perfil, los visitantes al sitio podrán leer su testimonio y ponerse en contacto con usted para obtener más información acerca de la Iglesia.