Por tanto, quisiera hablaros a vosotros que sois de la iglesia, que sois los pacíficos discípulos de Cristo, y que habéis logrado la esperanza necesaria mediante la cual podéis entrar en el reposo del Señor, desde ahora en adelante, hasta que tengáis reposo con él en el cielo.
Y juzgo esto de vosotros, mis hermanos, por razón de vuestra aconducta pacífica para con los hijos de los hombres.
(Moroni 7:3-4)
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