martes, 15 de febrero de 2011

Una hermosa jornada




La hermana Aline R. Petit recuerda como su madre nunca dejó de aprender y de progresar aún cuando perdió gran parte de la facultad del oído y de la vista:
“ En el próximo mes de julio mamá cumplirá 90 años. El último dia que fui a visitarla, se encontraba emocionada por que la Asociación de las Hijas de los Pioneros habia resuelto realizar sus reuniones en su casa a fin de poder compartir con ella las lecciones.
- ¿ Puedes oír cuando dan las lecciones, mamá ? - le pregunté.
- No. No puedo oírlas porque estoy casi completamente sorda , pero eso no me importa. Me han pedido que ofrezca una poesía en cada una de las reuniones y eso me brinda gran satisfacción.
- Pero, mamá ¿como puedes leer estando tan corta de vista?
Debería haberlo conocido mejor.
- ¡ Por supuesto que no leo los poemas ! Una de las señoras me los lee y yo los aprendo de memoria.
- ¿ Quieres decir que aprendes uno nuevo todos los meses ?
- ¡ Claro que si ! ¿ Cómo podría estarme aquí sin hacer nada ?
(“Una hermosa jornada”, Revista de la Sociedad de Socorro mayo de 1970 pág. 38)

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